Elisa y Valen la pelean juntas
Elisa Noemi Lapenta es una saldanense de 50 años, tremenda atleta y deportista, profesora y entrenadora de distintas disciplinas, y traductora de alemán. Pero por sobre todas las cosas, es mamá de Valentina Bercic, una niña de 16 años con parálisis cerebral.
Por Victor Valente
Sería necesario armar una especie de glosario con los logros y éxitos deportivos de Elisa Lapenta.
Por el colegio al que asistió (el Alemán de Córdoba), practicó deporte desde chica. A los 8 años ya integraba la escuadra de atletismo e íba a distintos torneos locales y nacionales. Y con apenas 10 años integró la Posta Femenina Categoría Infantil 4×100 metros que obtuvo récord de todos los colegios alemanes del país, y que según apunta la propia Elisa, dicho récord se batió hace un par de años.
“Me quedaba de lunes a viernes después de clases a entrenar en el colegio dos horas, los sábados por las mañana tres horas, porque además de atletismo jugaba al hándbol y hacía gimnasia deportiva”, comenta. Un tiempito después se inició en ciclismo y triatlón.
Y llegaron las medallas: fue múltiple campeona provincial de ciclismo de ruta, duatlón y triatlón.
Con sólo 23 años salió subcampeona sudamericana de triatlón (la única vez que debió cerrarse por dos horas el túnel subfluvial de Santa Fe-Entre Ríos). Integró la selección argentina femenina de triatlón, obteniendo como mejor logro deportivo de entonces el puesto 11 en el triatlón internacional de Pucón, Chile.
En 2002, con 32 años, se retiró del deporte competitivo, pero siguió entrenando un promedio de 12 a 15 horas semanales en las disciplinas de ciclismo de ruta, MTBike, natación y pedestrismo, más complemento de pesas dos veces por semana.
Elisa afirma que no concibe la vida sin deporte. O al menos, relacionada a alguna disciplina. De hecho se especializó en Alto Rendimiento Deportivo en la Universidad de Tübingen-Alemania. Y actualmente es fundadora y directora de H3oSports, empresa dedicada al entrenamiento de deportes de resistencia de media y larga duración (maratón, triatlón, MTBike y Trial Running), con un centenar de deportistas de Córdoba, Salta, Jujuy, Buenos Aires, Neuquén, Río Negro, La Pampa, Francia e Inglaterra. Además es coordinadora de natación en Heed Phisique, asesora técnica especialista en Educación Física y Deporte del Colegio Alemán, directora del área Especialistas en Full Bike Center y, como si esto fuera poco, participó en el documental “El Limite Infinito” (de Juan José Campanella) que se puede ver por Netflix, ya que fue entrenadora del protagonista, Jean Maggi.
Deporte y pandemia
Elisa reside desde hace nueve años en la ciudad de Villa Allende. Alquila una casa en un barrio cerrado con terrenos grandes. Cuenta que debió mudarse por un tema de seguridad ya que en 2011 le entraron a robar en la casa que alquilaba en el Cerro de las Rosas. “Se llevaron siete años de mi vida en ahorros, artículos electrónicos y las fotos digitales de mi hija, y gracias a Dios la pandemia me agarró en esta casa de patio grande. Fueron 74 días de entrenamiento en casa y en lo laboral seguí on line, sin presencialidad, con todos mis alumnos mandándoles los planes de entrenamiento adaptados al lugar donde viven (hubo gente que lo pasó en un departamento en Nueva Córdoba y otros en casas con patios, pero todos seguimos en movimiento)”.
Ahora, paulatinamente, comienzan otras actividades.
Valentina
Un párrafo más que especial de ésta nota es la condición de madre soltera que, multiocupada, debió encarar Elisa. El 3 de agosto de 2004 nació “la Valen”, por cesárea, “pero todo normal”, acota. Sin embargo, a los cuatro meses empezó a notar en ella “cosas raras” relacionadas a la lactancia, además de algunos otros aspectos intuitivos.
“Le comenté al papá que para mí algo no andaba bien. Hice una interconsulta con otro pediatra y éste me dio la noticia de que mi hija tenía parálisis cerebral. El mundo se me vino abajo. El papá se asustó con el panorama que se nos venía y se fue. Nunca más volvió”, desliza de manera cruda y reveladora.
“Así fue como quedé sola con mi beba de cinco meses en brazos sin saber qué hacer. Mis padres (Noemí y Ernesto) fueron el pilar y sostén fundamental que me permitió seguir adelante. Pasé por tres neurólogos. Uno de ellos me llegó a decir que mi hija no viviría más de dos años. El cuarto neurólogo, con el que atiendo a mi hija hasta hoy, me dijo que el futuro de Valen dependía de mí y de ella, y me aconsejó que cuando alguien me diga lo que va a sucederle o no, mejor que me tape los oídos”, completa.
Elisa considera que ese mensaje “esperanzador” fue lo que le permitió tomar aire y seguir adelante, pasando momentos durísimos, pero convencida de que “la vamos a pelear juntas”.
Así, poco a poco, empezó a reordenar su vida, haciendo girar todo en torno a las necesidades de Valentina, volviendo a trabajar y fundando su propia empresa de entrenamiento.
Y describe: “Mi hija hoy tiene 16 años, esté en silla de ruedas, no habla, no camina, se alimenta por sonda nasogástrica y toma medicación anticonvulsiva tres veces por día. Hace dos sesiones diarias de kinesiología, una de neuro kine y otra de kine motora. Es una beba de seis meses en un cuerpito de 16 años. Y se comunica a través del llanto, la risa y la mirada”.
En enero de este año estuvo 27 días internada en una UTI por una pulmonía de la cual me habían dicho que era poco probable que sobreviva. Cuatro días con respirador… Si algo me demostró ella en esta última internación es que se aferra a la vida y la pelea dejando todo. Nos dieron el alta a mediados de febrero pero con internación domiciliaria, es decir, con enfermera ocho horas por día.
Durante esas ocho horas Elisa Lapenta se organiza para hacer de todo, trabajos presenciales y on line, salir a entrenar, ir al súper o el almacén, hacer trámites en la muni o en la obra social, etc.
“Te aseguro que en ocho horas diarias se puede entrenar, planificar para mis deportistas, hacer zooms con mis profes del Colegio Alemán, supervisar las clases de Natación de la pileta, organizar las charlas y demás actividades que damos por Full Bike Center, además de limpiar la casa, lavar la ropa, ordenar, y mucho más”, dice orgullosa.
Mensaje sobre mensaje
“Cuando una persona me dice que no tiene tiempo para algo, yo le respondo: lo que no tenés es la motivación suficiente y la capacidad de gestionar tus tiempos. Para lo cual sólo se necesitan dos cosas: querer hacerlo, y organizarse para hacerlo”.
Autor: Victor Valente